Entornos amigables con la inclusión en la Universidad

Enfoque

Es cotidiano leer sobre calidad; educación de calidad, la calidad en la universidad, sin embargo, existen pocas investigaciones en relación a los escenarios educativos del alumnado en las universidades, si se sienten reconocidos, si aprovechan los espacios, si se sienten parte de la universidad, si muestran motivación por asistir a las clases, si se sienten cómodos y cómodas en las misma, etc. Partiendo de la base de que se apuesta por una educación inclusiva, debemos transitar por los diferentes aspectos que se tornan de importancia para poderla conseguir. Desde la importancia de las relaciones interpersonales, la organización de los espacios, los materiales y la gestión del tiempo. Aunque es ampliamente trabajada la importancia de atender a la diversidad en la universidad, las facultades siguen ancladas en muchos casos en edificios poco flexibles y funcionales. En el caso que nos ocupa el alumnado ha analizado su entorno desde su amigabilidad, nos ponemos a la escucha del alumnado y profesorado que explica sus sensaciones, vivencias y experiencias en la facultad en relación a los espacios, los materiales y el tiempo. Un espacio amigable favorece las interrelaciones entre las personas, la comunicación y el diálogo. Este trabajo tiene como objetivo realizar un análisis sobre el entorno en el que convive el alumnado y el profesorado durante bastantes horas a la semana. Los espacios, infraestructuras y los elementos físicos son también de suma importancia en los niveles educativos superiores y creemos que es necesario diseñarlos atendiendo al diseño universal, no solo basándose en la perspectiva económica, se debe ofrecer un filtro en relación a la estética, belleza y calma de los entornos y criterios didácticos.  Todo ello favorece un clima de aula propicio, que ayude en la motivación del alumnado, aulas que inviten o al menos sean adecuadas para el aprendizaje de todos y todas.

Además de estos aspectos también es necesaria la accesibilidad tanto a los espacios físicos como tecnológicos, que posibiliten la participación, presencia y aprendizaje, desde el respeto a la diversidad y la aceptación a la misma.

Los resultados nos muestran desencanto, falta de flexibilidad y versatilidad. No son entornos amigables para el alumnado, las franjas horarias no contemplan los cambios de aula, los edificios son fríos, poco acondicionados, y nada ajustados a la población que lo vive. Así mismo la organización de los espacios son difíciles y en algunos casos imposibles, los materiales son escasamente diversos y los tiempos poco respetados. También ponen en valor el entorno de naturaleza que le envuelve, la intencionalidad docente por facilitar las cosas y los espacios habilitados al aire libre.  En conclusión, faltan aulas polivalentes, mobiliario movible y acceso directo a equipos informáticos para el alumnado.